10 Consejos para elegir instrumentos musicales
Probablemente, si te estás planteando adquirir un nuevo instrumento, te preguntas cuáles son aquellas condiciones que debe reunir para que merezca la pena invertir un dinero en él. Hay multitud de circunstancias, cualidades o atributos que pueden hacer que nos decantemos por un modelo o por otro, desde el precio, sonido, prestaciones, hasta el color o la «onda» que nos transmita.
Además, muchas veces, cuando tenemos en nuestras manos un instrumento nuevo para nosotros, no sabemos a qué tipo de examen someterlo para realmente ser capaces de evaluar, en un rato, si reúne las características que nos van a satisfacer a medio o largo plazo.
Ahí van algunos consejos para ayudarte a decidir qué modelo te conviene más y cómo someterlo a examen. Doy por hecho que, por lo menos, tienes muy claro el instrumento que estás buscando, porque si dudas entre una guitarra y un bajo, por ejemplo, probablemente tengas que hacer una investigación previa.
1.- Fíjate un presupuesto. Es lo primero que te tienes que plantear. ¿Cuánto dinero estoy dispuesto a invertir en ese instrumento? Esto te va a permitir, primero, descartar todos aquellos instrumentos que no estén incluidos en ese rango de precios y, segundo, sabrás qué tienes que hacer para reunir ese dinero en el plazo que te marques. Piensa también en el propósito de la compra, ya que probablemente no quieras gastarte lo mismo en un instrumento para uso profesional (y que es un instrumento para ganar dinero) que en un instrumento para uso doméstico ocasional.
2.- Pregúntate en qué circunstancias vas a usarlo, para qué lo quieres. Ya sabes cuánto te vas a gastar aproximadamente. Piensa que hay instrumentos diseñados para el estudio, para el directo, para estudiar en casa, etc. y prácticamente en todos los rangos de precios. Pero claro, cada entorno requiere un instrumento diferente. Si vas a tocar en directo con ese instrumento, quizá debas valorar ir a por un instrumento ligero (si lo vas a llevar colgado como un bajo o una guitarra), que sea fácil de montar y desmontar y de cargar y descargar, que sea versátil en cuanto a sus prestaciones, que te ofrezca una gama amplia de sonidos y configuraciones, que sea vistoso, que aguante bien el trato en carretera…
Probablemente, si tu entorno de trabajo es el estudio, busques algo más centrado en el sonido y la singularidad de ese instrumento. Por ejemplo, si estás buscando una guitarra acústica, piensa si realmente necesitas que monte un previo, pues te estarás gastando un dinero extra en algo que quizá no vayas a usar jamás si trabajas en estudio o en casa.
Valora el peso del instrumento y el volumen que entrega. Si necesitas una batería para practicar en casa, probablemente te interese hacerte con un kit electrónico en lugar de una batería acústica. Tus vecinos opinan lo mismo.
3.- Plantéatelo como una inversión. Cuando compro un instrumento lo veo más como una inversión que como un gasto. Como su propio nombre indica, un instrumento musical es un medio para conseguir un fin musical, nunca un fin en sí mismo, a no ser que lo adquieras como adorno, mueble o pieza de colección. Es una herramienta que te satisface una necesidad en un momento concreto y si cambian esas circunstancias, probablemente quieras darle salida en el mercado de segunda mano. Por eso plantéate si vas a poder venderlo llegado el caso y a qué precio más o menos, si es un producto que aguanta bien el paso del tiempo, si se revaloriza, si tiene demanda, etc. Invertir en un instrumento que se venda fácil siempre te garantiza que, si cambian tus necesidades, lo puedes vender y acceder fácilmente a ese nuevo instrumento. Por ejemplo, un instrumento de marca conocida seguramente será más fácil de vender que otro de parecidas prestaciones pero de marca desconocida. Eso me lleva al siguiente punto.
4.- Si compras un instrumento raro, asegúrate de que marca la diferencia. Me encantan los instrumentos de luthier, porque creo que son instrumentos con una personalidad única. Pero asegúrate de que marca la diferencia, ya sea en cuanto al precio, prestaciones, funcionalidad, adaptabilidad… No compres una mera imitación de un modelo comercial si no tiene ningún valor añadido.
5.- Ensúciate las manos. Tócalo, pálpalo, explóralo, ponlo a prueba, toca todos los botoncitos y switches y comprueba que todo funciona correctamente. Si no es así, infórmate de cuánto puede costarte solucionar cualquier problema que pueda tener. Tanto si compras un instrumento nuevo en tienda como si lo compras de segunda mano, en la mayoría de los casos vas a necesitar una puesta a punto antes de poder disfrutarlo al 100%. Ten esto en cuenta, especialmente si compras un instrumento acústico o eléctrico.
6.- Asegúrate de que afina. Este punto es fundamental! Tu nuevo instrumento debe afinar perfectamente. En muchas ocasiones bastará con un pequeño ajuste o con un cambio de cuerdas, parches, cañas o boquillas. Pero a veces puede requerir un trabajo más serio, laborioso y caro. Asegúrate de que solucionas este punto.
7.- Déjate sorprender. Normalmente, nos hacemos una idea aproximada del instrumento que queremos porque hemos oído hablar de él o porque se lo hemos visto tocar a otro músico. Pero piensa que eso nunca es una garantía de que también vaya a funcionar en tus manos. Prueba diferentes opciones y elige aquello que se adapte más a ti, que no tiene por qué ser lo mismo que se adapta a otros, por mucho que sean músicos similares a ti.
8.- Júzgalo como oyente. Cambia tu perspectiva, pídele a otra persona que toque ese instrumento para ti y limítate a escuchar y a valorar la manera en que ese instrumento proyecta su sonido. Esto es de especial aplicación en instrumentos acústicos como guitarras, baterías, amplis, metales…, pero piensa siempre que no son tus manos las que lo están tocando.
9.- Pide ayuda. Si no estás del todo seguro sobre la decisión que tienes que tomar, pide ayuda a una tercera persona. Puede ser un profesor, un colega o un compañero, pero puede venirte bien una opinión objetiva y quizá más experta que la tuya.
10.- ¡Sonido! Disfruta del sonido de ese instrumento. Tócalo y fíjate en cómo suena. Presta atención al color, a los armónicos, el ataque, el sustain, cuerpo, etc. Hay mil matices que evaluar en cuanto al sonido de un instrumento, pero seguro que cuando te sea agradable te darás cuenta. Toca algo sencillo, que conozcas bien y que quizá ya hayas tocado con otro instrumento. No te pongas a tocar cosas extrañas porque puede distraerte de la tarea que realmente estás llevando a cabo. No trates de impresionar al vendedor.
En fin, siéntete cómodo y disfruta. No creo que haya ninguna razón que justifique que nos sintamos incómodos al tocar un instrumento. Si te resulta incómodo al tocar no lo compres, por mucho que sea barato, tenga un sonidazo o sea el instrumento de tus sueños. Si sientes tensión, incomodidad o, simplemente no disfrutas, considera otra opción. Es posible que sueñes con tener una guitarra como la de Eric Clapton, pero quizá nunca te acostumbres a su mástil en forma de V.
BONUS.- Dicho todo lo anterior, busca un instrumento que se adapte a ti y que te ayude a conseguir tus metas. Pero ten bien claro que, por sí solo, un instrumento no va a marcar la diferencia. El hecho de que tengas las baquetas de Steve Gadd no va a hacer que toques como él, pero sí pueden ayudarte a descubrir tu sonido y tu personalidad como músico.
Estos son algunos de los pasos que a mi me ayudan a la hora de decidirme por un instrumento o por otro, aunque hay muchos otros. Si tú utilizas otras claves, espero que puedas compartirlas con todos nosotros.
Puedes leer muchos más artículos como este en el blog de www.eSongPro.com.